Existen dos variables que inciden en la salud laboral de los docentes, el paulatino envejecimiento del colectivo y la pérdida de un punto del PIB dedicado a la educación que repercute en el empeoramiento de las condiciones laborales del profesorado.
Con respecto al envejecimiento los datos del Informe del CEE son muy significativos y muy claros y todo ello como consecuencia de las OEP que las Administraciones ofertan en las oposiciones y que no llegan al 10% de la tas de reposición (en los próximos 15 años el sistema educativo necesitaría mas de 200.000 profesores más). Uno de cada tres profesores tiene más de 50 años y sólo el 8% tiene menos de 30 años. Parece, que tanto el envejecimiento como las políticas de recortes repercuten en las enfermedades psico-sociales.
Resulta evidente que el aumento de alumnos por aula, el aumento del horario laboral y la disminución en un 90% del presupuesto dedicado a los programas compensatorios, tiene también una clara incidencia en la salud laboral de los docentes.
En este contexto FETE y a través del Gabinete Técnico de Salud Laboral, pone a disposición del profesorado un cuestionario (se accede a través de la web federal) para conocer el estado del docente con respecto a las enfermedades psico-sociales (para realizar personalmente y de forma anónima). Respondieron, por ahora, más de 2.500 docentes y por tanto ya podemos sacar algunas conclusiones. El 49,6% padece estrés extremo; la falta de apoyo de las familias, presenciar agresiones físicas, sufrir agresiones verbales, dedicar mucho esfuerzo en mantener el orden en la clase,; son todos ellos aspectos que inciden en ese alarmante porcentaje.
También resulta significativo que el 12,6% se identifiquen con el "síndrome quemado". Una patología que manifiesta agotamiento emocional y que se traslada profesionalmente en desmotivación y en bajas de larga duración.
En FETE consideramos que la Salud Laboral de los docentes es un tema prioritario en la agenda sindical y nuestro objetivo es trabajar hasta disminuir los porcentajes de la encuesta. Para ello resulta imprescindible el reconocimiento como enfermedades profesionales, no sólo de los nódulos de la garganta sino también las enfermedades psico-sociales y las enfermedades músculo-esqueléticas.
Con respecto al envejecimiento los datos del Informe del CEE son muy significativos y muy claros y todo ello como consecuencia de las OEP que las Administraciones ofertan en las oposiciones y que no llegan al 10% de la tas de reposición (en los próximos 15 años el sistema educativo necesitaría mas de 200.000 profesores más). Uno de cada tres profesores tiene más de 50 años y sólo el 8% tiene menos de 30 años. Parece, que tanto el envejecimiento como las políticas de recortes repercuten en las enfermedades psico-sociales.
Resulta evidente que el aumento de alumnos por aula, el aumento del horario laboral y la disminución en un 90% del presupuesto dedicado a los programas compensatorios, tiene también una clara incidencia en la salud laboral de los docentes.
En este contexto FETE y a través del Gabinete Técnico de Salud Laboral, pone a disposición del profesorado un cuestionario (se accede a través de la web federal) para conocer el estado del docente con respecto a las enfermedades psico-sociales (para realizar personalmente y de forma anónima). Respondieron, por ahora, más de 2.500 docentes y por tanto ya podemos sacar algunas conclusiones. El 49,6% padece estrés extremo; la falta de apoyo de las familias, presenciar agresiones físicas, sufrir agresiones verbales, dedicar mucho esfuerzo en mantener el orden en la clase,; son todos ellos aspectos que inciden en ese alarmante porcentaje.
También resulta significativo que el 12,6% se identifiquen con el "síndrome quemado". Una patología que manifiesta agotamiento emocional y que se traslada profesionalmente en desmotivación y en bajas de larga duración.
En FETE consideramos que la Salud Laboral de los docentes es un tema prioritario en la agenda sindical y nuestro objetivo es trabajar hasta disminuir los porcentajes de la encuesta. Para ello resulta imprescindible el reconocimiento como enfermedades profesionales, no sólo de los nódulos de la garganta sino también las enfermedades psico-sociales y las enfermedades músculo-esqueléticas.
Comentarios
Publicar un comentario