La ilusión, el esfuerzo y el tiempo invertido para lograr el tan necesario pacto político y social por la educación parecen haber caído en saco roto.
Nadie pone en duda la dificultad que entrañaba presentar un texto capaz de contentar a todos, -ya lo dice el refrán- sin embargo, la propia palabra pacto conlleva el hecho de realizar concesiones.
El documento recogía aspectos propuestos por nuestra organización como los que hacen referencia al carácter orientativo de la ESO con los dos perfiles (Técnico profesional y academicista) así como a la flexibilización tanto del Bachillerato como de los estudios de FP. También, como hecho importante, cabe destacar que contaba con su correspondiente “memoria económica”. Es decir, aparecía la dotación presupuestaria para ponerlo en marcha, extendida hasta 2015.
Aunque faltaban algunos puntos por concretar, sí contemplaba la jubilación LOE y la promoción profesional- elementos que equilibrarían ahora la disminución de nuestro salario- y hacía un buen diagnóstico de la educación, ofreciendo soluciones.
Sin embargo, y en el último momento, esos que se alegran de que todo vaya mal para que el fracaso colectivo se convierta en un triunfo propio, barrieron hacia su casa, rompiendo el Pacto político y resquebrajando, en cierto modo, el Pacto Social.
Ojalá todavía estemos a tiempo de reconducir y redefinir algunos acuerdos de este pacto; de lo contrario, la educación de este país habrá perdido otra gran oportunidad.
Nadie pone en duda la dificultad que entrañaba presentar un texto capaz de contentar a todos, -ya lo dice el refrán- sin embargo, la propia palabra pacto conlleva el hecho de realizar concesiones.
El documento recogía aspectos propuestos por nuestra organización como los que hacen referencia al carácter orientativo de la ESO con los dos perfiles (Técnico profesional y academicista) así como a la flexibilización tanto del Bachillerato como de los estudios de FP. También, como hecho importante, cabe destacar que contaba con su correspondiente “memoria económica”. Es decir, aparecía la dotación presupuestaria para ponerlo en marcha, extendida hasta 2015.
Aunque faltaban algunos puntos por concretar, sí contemplaba la jubilación LOE y la promoción profesional- elementos que equilibrarían ahora la disminución de nuestro salario- y hacía un buen diagnóstico de la educación, ofreciendo soluciones.
Sin embargo, y en el último momento, esos que se alegran de que todo vaya mal para que el fracaso colectivo se convierta en un triunfo propio, barrieron hacia su casa, rompiendo el Pacto político y resquebrajando, en cierto modo, el Pacto Social.
Ojalá todavía estemos a tiempo de reconducir y redefinir algunos acuerdos de este pacto; de lo contrario, la educación de este país habrá perdido otra gran oportunidad.
Tanto cuesta que se pongan de acuerdo en un pacto educativo? Mientras tanto la educación de nuestros jóvenes cae a niveles nunca vistos como indica el informe PISA. Es lamentable..
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