Este hecho establece un punto de inflexión en la campaña de las elecciones autonómicas del 21D. Las elecciones eran como una invitación al sentido común y también a la reflexión por parte de todos por los acontecimiento políticos vividos en los últimos tiempos. Después de un proceso de cinco años de duración se había recuperado, no se si la paz social, pero si al menos un descanso por las tensiones vividas en los últimos meses.
Nada tiene que ver como se va a afrontar el día 21D con una parte del Govern en la cárcel, seguro que muchos ciudadanos volverán a envolverse en las banderas, las emociones y los sentimientos primarán de nuevo por encima de la razón; y me temo que los soberanistas, que estaban de bajada, vuelvan a levantar el ánimo y englosen en sus filas a nuevos simpatizantes, que no siéndolos, rechacen a través de las urnas lo que para ellos es una humillación de las Instituciones Catalanas.
Rajoy, había conseguido dar un golpe de efecto convocando las elecciones el día 21D. El soberanismo se descolocó ante esta iniciativa y sus previsiones de utilizar el discurso victimista de ocupación por parte del Estado de las Instituciones catalanas. Rajoy justificó de esta forma una breve aplicación del 155, cumpliendo el mandato constitucional de recuperar la legalidad. Ahora, con el Govern en la cárcel estamos ante un nuevo tablero de ajedrez.
Cosas de la justicia pero llama la atención que los convocados por el Supremo corriesen mejor suerte que los convocados por la Audiencia Nacional. Respeto las decisiones de la justicia y, por tanto, también merecen respeto las decisiones de la jueza Lamela; pero eso no me impide opinar sobre su controvertida decisión. Contribuye a escenificar una renovada agitación social, y por tanto el peor de los escenarios posibles ante las elecciones del 21D.
Las decisiones de la jueza están fundamentadas y razonadas, sin embargo, conociendo de antemano las consecuencias sociales que conllevan, me pregunto si no sería suficiente retirar el pasaporte a los imputados para atenuar el peligro de fuga, por otro lado poco probable.
Es cierto que el Govern y parte del Parlament vulneraron la Constitución en las sesiones del día seis y siete de septiembre, la convocatoria del 21D y la aplicación momentánea del 155 volvió a darle la iniciativa a los llamados partidos constitucionalistas, y ahora, con una parte del Govern en la cárcel, volvemos a estar a la deriva políticamente, y volvemos a estar cada vez más lejos de encontrar un espacio en común.
Ahora toca a los catalanes y las catalanas votar el 21D y, después, según sean los resultados con unos partidos más o menos fuertes, tendrán que sentarse a negociar ... o ¿seguiremos en esta deriva?.
Nada tiene que ver como se va a afrontar el día 21D con una parte del Govern en la cárcel, seguro que muchos ciudadanos volverán a envolverse en las banderas, las emociones y los sentimientos primarán de nuevo por encima de la razón; y me temo que los soberanistas, que estaban de bajada, vuelvan a levantar el ánimo y englosen en sus filas a nuevos simpatizantes, que no siéndolos, rechacen a través de las urnas lo que para ellos es una humillación de las Instituciones Catalanas.
Rajoy, había conseguido dar un golpe de efecto convocando las elecciones el día 21D. El soberanismo se descolocó ante esta iniciativa y sus previsiones de utilizar el discurso victimista de ocupación por parte del Estado de las Instituciones catalanas. Rajoy justificó de esta forma una breve aplicación del 155, cumpliendo el mandato constitucional de recuperar la legalidad. Ahora, con el Govern en la cárcel estamos ante un nuevo tablero de ajedrez.
Cosas de la justicia pero llama la atención que los convocados por el Supremo corriesen mejor suerte que los convocados por la Audiencia Nacional. Respeto las decisiones de la justicia y, por tanto, también merecen respeto las decisiones de la jueza Lamela; pero eso no me impide opinar sobre su controvertida decisión. Contribuye a escenificar una renovada agitación social, y por tanto el peor de los escenarios posibles ante las elecciones del 21D.
Las decisiones de la jueza están fundamentadas y razonadas, sin embargo, conociendo de antemano las consecuencias sociales que conllevan, me pregunto si no sería suficiente retirar el pasaporte a los imputados para atenuar el peligro de fuga, por otro lado poco probable.
Es cierto que el Govern y parte del Parlament vulneraron la Constitución en las sesiones del día seis y siete de septiembre, la convocatoria del 21D y la aplicación momentánea del 155 volvió a darle la iniciativa a los llamados partidos constitucionalistas, y ahora, con una parte del Govern en la cárcel, volvemos a estar a la deriva políticamente, y volvemos a estar cada vez más lejos de encontrar un espacio en común.
Ahora toca a los catalanes y las catalanas votar el 21D y, después, según sean los resultados con unos partidos más o menos fuertes, tendrán que sentarse a negociar ... o ¿seguiremos en esta deriva?.
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