El día 20 de Abril nos impresionó y horrorizó la noticia de que un alumno del "IEs Joan Fuster" de Barcelona había asesinado a un profesor y herido a varias personas. El impacto fue tremendo y recordamos las imágenes televisivas de centros escolares de EEUU donde estos terribles hechos son más usuales.
Lo primero que hay que dejar claro son las condolencias al centro y a la familia del asesinado.
Lo primero que hay que dejar claro son las condolencias al centro y a la familia del asesinado.
En momentos como estos debemos alejarnos de demagogias fáciles en nuestros argumentos y de buscar causas simplistas que nos alejarán de la realidad de lo acontecido. El hecho hay que situarlo en el ámbito de la enfermedad mental que sufrió o sufre una persona, en este caso un alumno del Instituto. Y si lo ceñimos al ámbito de la salud mental, serán los profesionales relacionados con el comportamiento humano los que han de orientar a los docentes de como actuar.
Una conclusión clara podemos sacar de este terrible acontecimiento, parece ser que el alumno había dado ya avisos de sus intenciones por varios medios, si es así, tanto los profesores, como la familia y los amigos no debemos tomar en broma esos indicios y debemos comunicarlos a los profesionales competentes y a los allegados interesados.
No obstante cabe un momento de reflexión por parte de la comunidad educativa para analizar y evaluar los valores que transmitimos: en la escuela, en la sociedad y también a través de los medios de comunicación, cabe preguntarnos cómo un alumno de trece años disponía de armas, qué le llevo a cometer tal atrocidad ... y desde el punto de vista educativo qué interacción se produce entre las familias y los centros; cómo realizamos las tutorías, potenciamos entre todos la resolución de conflictos o desmitificamos la violencia, las armas...
Qué el profesor asesinado D.E.P.
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