La comunidad educativa, y en concreto el profesorado de los tres sectores (pública, concertada y universidad) dan muestras, continuamente, de rechazar la política educativa del PP; sumándose de esta forma a aislar socialmente al Gobierno, ya que políticamente, lo está con el compromiso de los partidos políticos de derogar la ley cuando la composición del Parlamento se lo permita.
El Gobierno, si quiere actuar con responsabilidad, debería retirar la ley del Parlamento. De esta forma dentro de dos años, no nos veríamos, de nuevo, sometidos a la tesitura de debatir e implantar una nueva ley. Los centros y el profesorado padecerían un nuevo cambio legislativo que no ayudaría en nada a estabilizar la educación, ni tampoco a motivar e ilusionar al profesorado.
Lo que nos está demostrando esta movilización sostenida en el tiempo, es el caracter reivindicativo y el compromiso ideológico del profesorado, como quedó demostrado en el alto porcentaje de seguimiento de la huelga del pasado 24 de octubre (con un 83%), y en la asistencia masiva a las numerosas manifestaciones convocadas. A nivel estatal es el segundo paro convocado después del convocado el 9 de mayo. Sin embargo a nivel autonómico, y según como afecta la política de recortes; son varios los días que el profesorado ha secundado huelgas y ha salido a la calle para asistir a los numerosos actos convocados para rechazar la LOMCE.
Ese seguimiento masivo y ese compromiso ideológico, nos refuerza y nos revitaliza a todo el movimiento unitario englodaso en las "plataformas" y "mareas". Pero también nos hace fuerte al movimiento sindical y en concreto a sindicatos confederales como la UGT, que somos capaces de tener una visión más global, e intentamos unir las reivindicaciones del sector educativo, con el sanitario, con los pensionistas y con dependientes, con el fin de movilizar a toda la sociedad en defensa de "un modelo de sociedad" que en estos momentos está en peligro.
Además en la UGT no pretendemos ser sectarios ni corporativos y movilizamos también al sector de la privada, ya que estamos convencidos que muchos trabajadores y trabajadoras del sector defienden una escuala pública fuerte que vertebre a la sociedad, además de exigir a un sindicato como la FETE que los defienda como trabajadores que son en un sector díficil por las características de la patronal. Como quedó demostrado en la circular que enviaron a los centros privados con motivo de la huelga; tomando opción por unos sindicatos exclusivamente implantados en el sector privado, dando a entender que fueron de forma sumisa a pedir permiso a la patronal para convocar la huelga.
En este contexto, debemos no equivocarnos en la estrategia, para no quemar al profesorado en una movilización que nos tememos que será muy larga, ya que después de una ley, viene el desarrollo legislativo y las normas de cada una de las CCAA para adaptarla a sus territorios. Los movimientos sociales, y en concreto, las organizaciones sindicales, debemos sopesar mucho y consultar con nuestras afiliaciones y simpatizantes las medidas a tomar, con el fin de recoger el sentir del profesorado y que los responsables sindicales no nos alejemos de sus pretensiones animados por los éxitos de las movilizaciones pasadas. No debemos someter a un nuevo desgaste de una nueva huelga (incluso prolongada como pretenden algunas organizaciones). Existen planteamientos reivindicativos y movilizaciones que trasladan el sentir de la comunidd educativa a la sociedad y nuestro rechazo al Gobierno, con la misma intensidad de la convocatoria de una huelga.
Para la FETE, tendríamos que trabajar en la dirección de una movilización de caracter general, para que toda la sociedad defienda lo que tantos años nos llevó implantar. Y si hablamos de huelga tendría que tener un caracter global.
El Gobierno, si quiere actuar con responsabilidad, debería retirar la ley del Parlamento. De esta forma dentro de dos años, no nos veríamos, de nuevo, sometidos a la tesitura de debatir e implantar una nueva ley. Los centros y el profesorado padecerían un nuevo cambio legislativo que no ayudaría en nada a estabilizar la educación, ni tampoco a motivar e ilusionar al profesorado.
Lo que nos está demostrando esta movilización sostenida en el tiempo, es el caracter reivindicativo y el compromiso ideológico del profesorado, como quedó demostrado en el alto porcentaje de seguimiento de la huelga del pasado 24 de octubre (con un 83%), y en la asistencia masiva a las numerosas manifestaciones convocadas. A nivel estatal es el segundo paro convocado después del convocado el 9 de mayo. Sin embargo a nivel autonómico, y según como afecta la política de recortes; son varios los días que el profesorado ha secundado huelgas y ha salido a la calle para asistir a los numerosos actos convocados para rechazar la LOMCE.
Ese seguimiento masivo y ese compromiso ideológico, nos refuerza y nos revitaliza a todo el movimiento unitario englodaso en las "plataformas" y "mareas". Pero también nos hace fuerte al movimiento sindical y en concreto a sindicatos confederales como la UGT, que somos capaces de tener una visión más global, e intentamos unir las reivindicaciones del sector educativo, con el sanitario, con los pensionistas y con dependientes, con el fin de movilizar a toda la sociedad en defensa de "un modelo de sociedad" que en estos momentos está en peligro.
Además en la UGT no pretendemos ser sectarios ni corporativos y movilizamos también al sector de la privada, ya que estamos convencidos que muchos trabajadores y trabajadoras del sector defienden una escuala pública fuerte que vertebre a la sociedad, además de exigir a un sindicato como la FETE que los defienda como trabajadores que son en un sector díficil por las características de la patronal. Como quedó demostrado en la circular que enviaron a los centros privados con motivo de la huelga; tomando opción por unos sindicatos exclusivamente implantados en el sector privado, dando a entender que fueron de forma sumisa a pedir permiso a la patronal para convocar la huelga.
En este contexto, debemos no equivocarnos en la estrategia, para no quemar al profesorado en una movilización que nos tememos que será muy larga, ya que después de una ley, viene el desarrollo legislativo y las normas de cada una de las CCAA para adaptarla a sus territorios. Los movimientos sociales, y en concreto, las organizaciones sindicales, debemos sopesar mucho y consultar con nuestras afiliaciones y simpatizantes las medidas a tomar, con el fin de recoger el sentir del profesorado y que los responsables sindicales no nos alejemos de sus pretensiones animados por los éxitos de las movilizaciones pasadas. No debemos someter a un nuevo desgaste de una nueva huelga (incluso prolongada como pretenden algunas organizaciones). Existen planteamientos reivindicativos y movilizaciones que trasladan el sentir de la comunidd educativa a la sociedad y nuestro rechazo al Gobierno, con la misma intensidad de la convocatoria de una huelga.
Para la FETE, tendríamos que trabajar en la dirección de una movilización de caracter general, para que toda la sociedad defienda lo que tantos años nos llevó implantar. Y si hablamos de huelga tendría que tener un caracter global.
Creo que una muestra de la importancia que para la FETE supone movilizar a la gente contra una ley sectaria y regresiva sería que cada vez que un docente haga movilización, el sindicato reintegrara a cada afiliado que la secunda el importe que la Administración le detrae cuando la hace...igual que la media dieta que se aporta a cada interventor cuando interviene en unas elecciones sindicales.
ResponderEliminarEs sólo una idea...y que puede servir para movilizar al personal ante la supresión de los complementos de las pagas extraordinarias para 2014 y que, añadidos a los ya previstos para 2013, nos prepara la Junta de Andalucía.
Con estos no podemos ir de la mano....que nos quemamos.
Aunque ahora por los ataques del Gobierno los presupuestos de la Federación están muy ajustados, es una buena propuesta que valoraremos.
Eliminar¿También valorará usted lo de no aprovecharse personalmente de las condiciones impuestas a los profesores?
EliminarCesare, puedes ser más explícito?; me estás acusando de algo?. Si es así me gustaría que no te escondas bajo un seudónimo para poder aclararte todas las dudas o pra poder defenderme.
ResponderEliminarNo le estoy acusando de nada. Sólo digo que usted aparece en las listas de inscritos a los cursos de refuerzo en EOI. Esos cursos son las horas impuestas a los profesores. Y le pregunto ¿No le parece incoherente usarlos en su propio provecho? A mí sí que me lo parece.
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